BIBLIOTECA LA OTRA HISTORIA

Cada circunstancia de la vida cotidiana nos recuerda que cada evento que nos tiene como actores presenciales genera tantas versiones del mismo como testigos que participaron de él; eso, sin contar la mirada distante de quienes no estuvieron presentes; esta particularidad, a no dudarlo, es una de las riquezas singulares de la existencia humana.

Se dice que Winston Churchill habría sostenido que no existe una sola HISTORIA, sino MUCHAS historias simultáneas. Litto Nebbia, a su vez, refutando a ORWELL, ya nos ilustró que hay otra historia, la verdadera, diferente a la escrita por los vencedores. Otro argentino universal, porteño, nacido en el barrio bonaerense de Palermo, en un cuento memorable (1941) sobre senderos que se bifurcan, hace decir a Albert cuando reflexiona sobre el universo de Ts’ui Pên:
Hermética y certera conjetura sobre las historias y el tiempo. Variaciones sobre el mismo tema, al infinito. Quien quiera oir que oiga.

“A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas la posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted”.

Volviendo a OH (la biblioteca), la razón de hacerla no puede ser más simple. Se trata de abrir una ventana para que se expresen los que por cualquier circunstancia no han tenido voz o medio para expresarse; también para agrietar, en lo posible, los cercos/muros inconmovibles e impenetrables del sistema que porfían en amordazar a todos los que tienen algo que decir. La idea es que esta serie sea una aventura colectiva, continua y compartida (de todos, por todos y con todos) de inclusión, tolerancia y pluralidad.

La pretensión de HETERODOXIA es ser vehículo para facilitar aportes que contribuyan a la reconstrucción de la memoria histórica colectiva, sin exclusión ni censura, en el entendido de que a menor opacidad y mayor transparencia se consigue una sociedad civil menos manipulable por el PODER, sea este cual fuere.

Sabemos que, por definición, no existe la verdad absoluta y el pensamiento único. Sin embargo, también sabemos que, por desgracia, los gestores del totalitarismo y el autoritarismo, en cualquiera de sus formatos y apariencias, piensan exactamente lo contrario; desde siempre, los Prometeos de cada época han sido purgados, por esos gestores, con la vana intención de preservar el oscurantismo, la ignorancia, el espíritu acrítico, en suma, la ausencia de luz, calor y fuego. La tarea, por tanto, es cuidar a los Prometeos de nuestra tiempo, buscando romper el círculo vicioso que anula la libertad y el pensamiento.

En una pared de la ciudad de São Paulo, un grafitti anónimo se expresa en libertad plena y concisa:

Os poderosos podem matar uma, duas ou três rosas, mas jamais conseguirão deter a primavera. Los entendidos saben de quien es la frase. Saber quien es el autor no le quita validez ni belleza al concepto ni a la ilusión. Además, que quede claro, convengamos que aquí, en este caso, el que de verdad importa es el grafittero.

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